domenica 3 settembre 2023

Reseña "Todas nuestras maldiciones se cumplieron", Tamara Tenenbaum

 


Autrice: Tamara Tenenbaum

Titolo: Todas nuestras maldiciones se cumplieron

Prezzo: 17,00  e-book 8,49

Link d'acquisto: QUI


El mar no se le desea a nadie

Trama

Todas nuestras maldiciones se cumplieron narra el tránsito de la infancia a la madurez de una chica que creció en una comunidad judía ortodoxa hasta que, una mañana de invierno, cuando apenas contaba con 5 años, una bomba se llevó la vida de su padre e hizo estallar todas sus certezas. Sin una figura paterna, la protagonista crece en un ambiente dominado por mujeres fuertes, lo que le dará la determinación necesaria para cuestionar los mandatos religiosos que la rodean y las limitaciones impuestas por su género.


“En nuestro paquetito de desgracias entró la bendición de Dios: hace poco cobramos la indemnización por el atentado a la AMIA, en el que murió mi papá. Mamá, mis hermanas y yo somos ricas. Las únicas ricas de toda la familia”.

Trama (tradotta da me)

"Tutte le nostre maledizioni si cono compiute" parla del passaggio dall'infanzia alla maturità di una ragazza che è cresciuta in una comunità ebrea ortodossa finché, una mattina di inverno, quando aveva appena 5 anni, una bomba si è portata via la vita di suo padre e ha fatto esplodere tutte le sue certezze. Senza una figura paterna, la protagonista cresce in un ambiente dominato da donne forti, il che le darà la determinazione necessaria per mettere in discussione i mandati religiosi che la circondano e le limitazioni imposte dal suo genere.



Reseña

Italiano

"Todas nuestras maldiciones se cumplieron" è il primo romanzo di Tamara, e, esattamente come "El fin del amor", è autobiografico; approfondisce le origini di Tamara, la protagonista che sta per compiere 28 anni. Attraverso i suoi viaggi urbani, le sue relazioni sociali, affettive e familiari, Tamara denuncia il suo ambiente con veemenza tagliente, spesso acida.

Tamara è spinta da una disobbedienza molto potente che le permette di rompere con la sua tradizione; una tradizione ancestrale, dalla quale è praticamente impossibile uscire, e il cui rifiuto porta inevitabilmente allo smembramento.

Nei paragrafi in cui vengono lanciati termini yiddish e note sulle festività ebraiche, vediamo il potere di questa eredità, un'eredità, una responsabilità; un orgoglio e anche un peso. Ma Tamara è una combattente e proietta la paura sugli altri. Dice di fare tesoro di questa paura e di non metterla in discussione, "perché per me funziona, e perché forse è una paura ben fondata".

Queste riflessioni parlano non solo di un sospetto inquietante, ma di altre preoccupazioni che possono aiutarci o guidarci. In un ambiente così politicamente carico, la ribellione si cristallizza come emblema di liberazione: "Dico sempre che non ho perso la fede perché non l'ho mai avuta".

Lo sfondo di All Our Curses Came True è quello di una società complessa in cui si percepiscono il dolore e il trauma della storia recente. In uno dei brani, Tamara ci racconta il suo ambiente attuale, quello non ebraico, basandosi sul ricordo di una ragazza con cui beve mate.

Gli chiede se forse è la figlia di uno scomparso, cosa che la sorprende perché è impossibile da calcolare, anche se resta anche a pensare: i miraggi si moltiplicano e la nozione di temporalità diventa straniante.

A queste ferite, che ovviamente rimangono, si aggiungono i traumi di una nazione che, all’epoca, aprì le sue porte sia ai nazisti che agli ebrei. C'è qualcosa di tragicomico, ad esempio, nella pizzeria kosher in cui Tamara si reca perché, nonostante segua la legge ortodossa, è servita da camerieri arcaici e antisemiti. In questa società convivono tensioni di alto calibro che continuano ancora a erodere la memoria e a soffrire con angosce ricorrenti.

Infatti, il titolo del romanzo è legato alla tragedia (l'attacco terroristico più catastrofico in Argentina) avvenuta nell'AMIA (Mutua Argentina Israeliana) nel 1994, dove morirono 85 persone e centinaia rimasero ferite. L’oscurità di questo attacco rimane ancora una minaccia in attesa di risoluzione.

Nel 2006, Alberto Nisman entrò in scena come uno degli avvocati che accusavano l'Iran di essere responsabile dell'esplosione, e Hezbollah come esecutore testamentario. Nel 2015, Nisman accusò la presidente Cristina Fernández di aver coperto l'Iran e, poche ore prima di testimoniare contro Fernández, Nisman fu assassinato... Il trauma, nel romanzo, è condensato così:

“La benedizione di Dio è entrata nel nostro piccolo pacchetto di disgrazie: recentemente abbiamo ricevuto un risarcimento per l'attentato all'AMIA, in cui è morto mio padre. Mamma, io e le mie sorelle siamo ricchi. Gli unici ricchi di tutta la famiglia.

Questa operazione (“disonore e risarcimento”), che abbiamo visto, ad esempio, anche in Germania e nei suoi debiti per le vittime dei campi di sterminio, è trattata con sottile ironia dagli occhi di Tamara, che preferisce uno sguardo imbronciato. di cinismo, lontano da romanticizzazioni o piagnucolii.

 In questo romanzo si mescolano umorismo nero —c'è una lunga tradizione del teatro yiddish, e del suo umorismo, insieme alle piroette linguistiche— e dolore, drenato con un tono che fa da padrona di sé, per mettere a nudo le innumerevoli ferite che il protagonista sta cauterizzando, come li denuncia, senza proporre verità, ma presentando crudamente ciò che molti non vogliono vedere e tanto meno fermarsi ad analizzare.


Español

"Todas nuestras maldiciones se cumplieron" es la prima novela de Tamara; se sumerge en los orígenes de Tamara, la protagonista que está al borde de cumplir 28 años. A través de sus viajes urbanos, de sus relaciones sociales, afectivas y familiares, Tamara va denunciando su entorno con aguda, muchas veces ácida, vehemencia.

Tamara es impulsada por una desobediencia muy poderosa que le permite romper con su tradición; una tradición ancestral, de la cual es prácticamente imposible salir, y cuyo rechazo conduce, inevitablemente, a la desmembración.

En párrafos donde se arrojan términos en idish y apuntes sobre festividades judías, vemos la potencia de este legado, una herencia, una responsabilidad; un orgullo y, también, una carga. Pero Tamara es peleadora y proyecta un miedo en los otros. Dice atesorar este miedo y no cuestionarlo, “porque me sirve, y porque tal vez sea un miedo fundado”.

Estas reflexiones hablan no solo de un inquietante recelo, sino de otros desasosiegos que nos pueden ayudar o guiar. En un entorno tan políticamente cargado, la rebeldía se cristaliza como un emblema de liberación: “Siempre digo que yo no perdí la fe porque nunca la tuve”.

El trasfondo de Todas nuestras maldiciones se cumplieron es el de una sociedad compleja donde se percibe el dolor y el trauma de la historia reciente. En uno de los pasajes Tamara nos habla de su ambiente actual, el no-judío, a partir del recuerdo de una chica con la que toma mate.

Ella le pregunta si acaso es hija de desaparecidos, cosa que la sorprende por lo imposible del cálculo, aunque igualmente queda pensando: los espejismos se multiplican y la noción de temporalidad se torna desfamiliarizante.

A estas heridas que, por supuesto, permanecen, se suman los traumas de una nación que, en su momento, abrió las puertas tanto a nazis como a judíos. Hay algo tragicómico, por ejemplo, en la pizzería kosher que Tamara visita, ya que, a pesar de seguir la ley ortodoxa, es atendida por mozos arcaicos y antisemitas. En esta sociedad coexisten tensiones de alto calibre que, todavía, siguen erosionando la memoria y penando con recurrente angustia.

Efectivamente, el título de la novela está unido a la tragedia (el atentado terrorista más catastrófico en la Argentina) ocurrida en la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) el año 1994, donde murieron 85 personas y cientos quedaron heridas. La oscuridad de este atentado aún permanece como una amenaza de pendiente resolución.

El año 2006 Alberto Nisman entra en escena como uno de los abogados que acusa a Irán como responsable de la explosión, y al Hezbollah como ejecutor. El año 2015 Nisman inculpa a la presidenta Cristina Fernández de encubrir a Irán y, horas antes de presentarse a declarar en contra de Fernández, Nisman es asesinado… El trauma, en la novela, se condensa de este modo:

“En nuestro paquetito de desgracias entró la bendición de Dios: hace poco cobramos la indemnización por el atentado a la AMIA, en el que murió mi papá. Mamá, mis hermanas y yo somos ricas. Las únicas ricas de toda la familia”.

Esta operación (“desgracia y compensación”), que también la hemos visto, por ejemplo, en Alemania y sus deudas por las víctimas de los campos de exterminio, es tratada con una fina ironía por los ojos de Tamara, quien privilegia una mirada teñida de cinismo, alejada de romantizaciones o gimoteos.

 En esta novela se mezclan humor negro —hay una larga tradición del teatro idish, y de su humor, unido a piruetas lingüísticas— y dolor, drenado con un tono que maneja el desparpajo, para exponer un sinnúmero de heridas que la protagonista va cauterizando, a medida que las denuncia, sin proponer verdades, sino presentando descarnadamente lo que muchos no quieren ver, mucho menos detenerse a analizar.

 

La mia valutazione


Alla prossima

Luce <3


—Mirá, Tamara —me dijo mirándome a los ojos, con los suyos precisos, clavados en mis pupilas. —Yo me tengo que ir pero no me voy a ir de acá hasta no haberte sacado el último bicho de la cabeza. ¿Me oís? —Pero andate si te tenés que ir, mejor para todos, qué me importa. —¿No te da asco? ¿No te pica? —No. No me importa.






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